La reciente victoria de la Selección Nacional Mexicana Femenil en su encuentro amistoso contra Costa Rica ha sido, sin duda, un motivo de celebración. Con un marcador contundente de 4-1, el equipo mostró destellos de su potencial, gracias a las destacadas actuaciones de jugadoras como Scarlett Camberos, Christina Burkenroad y Rebeca Bernal. Este partido, celebrado en el Estadio Andrés Quintana Roo de Cancún durante la Fecha FIFA, se convirtió en un ejemplo del talento presente en el fútbol femenino mexicano. Sin embargo, a pesar de esta victoria, las inquietudes sobre el desempeño general del equipo persisten, especialmente bajo la dirección del español Pedro López.
Desde el primer minuto del partido, la Selección Mexicana tomó el control. Burkenroad abrió el marcador apenas a los 3 minutos, dejando claro que el Tricolor venía con una mentalidad ofensiva. Camberos amplió la ventaja a los 18 minutos, y Bernal, una defensa versátil capaz de sumarse al ataque, anotó a los 50. Finalmente, Nicole Pérez selló la goleada en el minuto 60, coronando una jornada que mostraba las cualidades individuales de las jugadoras, pero también resaltaba la falta de un estilo de juego consolidado.
La actuación de Camberos y la joven Alice Soto fue particularmente destacada, ya que ambas se convirtieron en las principales artífices del ataque mexicano. López ha puesto su confianza en estas jugadoras, reconociendo la necesidad de construir un futuro sólido para el fútbol femenino en el país. Es emocionante ver cómo estos talentos emergentes se hacen un lugar en el equipo, y con la participación de la prometedora Montserratt Saldívar, la afición comienza a vislumbrar un futuro esperanzador.
Sin embargo, es innegable que el camino de la selección continúa lleno de preguntas. Las dudas sobre la gestión de López son más evidentes cuando se considera que las victorias han llegado contra rivales que, aunque valiosos, no están al mismo nivel que México en la jerarquía futbolística. La prueba de fuego será cuando las mexicanas se enfrenten a selecciones de mayor calibre, donde habrá que demostrar que pueden competir con un juego más elaborado que el defensivo que se utilizó en el enfrentamiento contra Estados Unidos.
El equipo sigue buscando su identidad en un entorno lleno de incertidumbre. Aunque la defensa ha visto progresos individuales como los de Bernal, la cohesión grupal no determina aún un juego fluido. Con Camberos brillando en el ataque pero con el tema de la portería en el aire, existe preocupación sobre la estabilidad del equipo para enfrentar los grandes desafíos que se avecinan.
Con la próxima Copa del Mundo Femenil de la FIFA programada para 2027, el tiempo se está acabando para que López encuentre las respuestas que necesita. El deseo de la afición es palpable, y todos esperan que, poco a poco, se vayan aclarando las dudas y se construya un equipo que no solo sea competitivo, sino que también haga que todos en México se sientan orgullosos de su selección.