En el fútbol, los apellidos cargan historias. Miguel Calero, histórico portero de la selección mexicana y figura emblemática del Pachuca, dejó un legado imborrable antes de su fallecimiento en 2012. Hoy, su hijo Juan José Calero enfrenta un desafío único: honrar ese nombre mientras escribe su propia trayectoria, pero no bajo los tres postes, sino como delantero.
Juan José reconoce que, al inicio de su carrera, la presión por su apellido fue autoimpuesta. “Cuando era joven, sentía que debía demostrar algo ante quienes admiraban a mi padre”, confesó en una entrevista. Sin embargo, con el tiempo, transformó esa carga en motivación: “Ahora veo mi apellido como un privilegio y una responsabilidad”.
Del Arco al Ataque: Una Decisión que Define su Identidad
Aunque creció viendo a su padre como ídolo bajo los palos, Juan José eligió un camino opuesto. De niño, imaginó seguir sus pasos como portero, pero al madurar, optó por el ataque. “La vida de un arquero puede ser complicada y, a veces, injusta. Decidí ser delantero”, explicó.
Esta elección no solo refleja su personalidad, sino también el consejo de su padre. Miguel Calero siempre le inculcó la importancia de disfrutar el juego, independientemente de la posición. “Mi papá me dijo que lo esencial era amar lo que hacía, sin importar si seguía sus pasos al pie de la letra”, recordó.
El Apoyo Familiar: La Base de su Trayectoria
La familia Calero ha sido un pilar en la carrera de Juan José. A diferencia de lo que muchos podrían suponer, nunca hubo presiones externas. “Ni mi familia ni la afición de Pachuca me exigieron cumplir expectativas. La presión inicial era solo mía”, admitió.
Este respaldo le permitió crecer con libertad. “Mi padre siempre me apoyó, incluso cuando cambié de posición. Sabía que debía encontrar mi propio camino”, destacó. Hoy, esa confianza se traduce en su enfoque dentro del campo: jugar con pasión y autenticidad, sin comparaciones forzadas.
Honrar el Pasado, Construir el Futuro
Para Juan José, llevar el apellido Calero no es una sombra, sino una inspiración. “Busco honrar el legado de mi papá, pero también forjar el mío”, afirmó. Su meta es claro: destacar por sus méritos, sin renunciar a la herencia que carga con orgullo.
Aunque su posición como delantero lo aleja del rol de su padre, comparte con él valores fundamentales: disciplina, respeto por la afición y amor por el deporte. “Quiero que mi nombre se asocie a mi esfuerzo, pero también al orgullo de ser hijo de Miguel Calero”, expresó.
Un Nuevo Capítulo en la Dinastía Calero
Juan José Calero representa un ejemplo de cómo las nuevas generaciones pueden navegar entre el peso de un legado y la búsqueda de identidad. Su historia no solo resalta la influencia de su padre, sino también la importancia de elegir caminos propios en un mundo donde las comparaciones son inevitables.
Mientras continúa su carrera, su mensaje es claro: “El fútbol se trata de pasión, no de repetir historias”. Con cada gol, escribe un capítulo único, demostrando que el apellido Calero sigue vivo… pero ahora, desde la delantera.
