Alejandro Organista no solo destaca en el fútbol mexicano como mediocampista de los Leones Negros, sino que encarna la lucha contra el bullying y la importancia de convertir las adversidades en fortalezas. Su historia resuena con miles de jóvenes que enfrentan acoso, recordándoles que el deporte puede ser un aliado para recuperar la confianza y el bienestar emocional.
En una entrevista, Alejandro reveló que uno de sus mayores desafíos fue crecer rodeado de compañeros más altos y fuertes. A los 14 años, las burlas por su complexión física minaron su autoestima, pero las palabras de su padre lo transformaron: “Tú trabaja. Tal vez hoy te esfuerzas más que otros, pero llegará el día en que los igualarás y superarás”. Esta filosofía se convirtió en su brújula, enseñándole que la perseverancia vence incluso los obstáculos más difíciles.
Equilibrio entre estudios y fútbol
Combinar su pasión deportiva con la educación no fue fácil. “Cambié de escuela varias veces por el fútbol, pero jamás abandoné mis estudios. Ambos son inversiones para mi futuro”, destacó. Su determinación por crecer como persona y atleta refleja una madurez inusual, forjada por el apoyo familiar.
Sus padres y hermana fueron clave en cada logro. Desde comprar sus primeros taquetes hasta acompañarlo bajo el sol en entrenamientos lejanos, sus sacrificios lo marcaron: “Ellos estuvieron ahí en cada paso, incluso en los momentos más duros. Sin su apoyo, nada de esto sería posible”.
Trayectoria deportiva
Desde los 6 años, su corazón latió por el Club Deportivo Guadalajara. Tras una década en fuerzas básicas, debutó en el primer equipo a las órdenes de José Saturnino Cardozo, rodeado de familiares y su novia: “Fue una locura. Ver a mi familia en las gradas ese día… es algo que no se explica con palabras”.
Tras oportunidades limitadas en Chivas, su carrera tomó rumbo en el Atlético San Luis y luego en el Club Tapatío, donde brilló al ganar el Clausura 2023 y el Campeón de Campeones: “Cada trofeo es un recuerdo colectivo. Esas victorias son el motor para seguir luchando”.
Leones Negros
Hoy, como pieza clave bajo el técnico Alfonso Sosa, Alejandro ve potencial en su equipo: “Aunque no tenemos títulos aún, creemos en nuestro talento. Estoy aquí para aportar goles, asistencias y liderazgo”. Su optimismo persiste pese al complejo escenario del fútbol mexicano sin ascensos: “Tenemos calidad para estar en primera división”.
Alejandro Organista simboliza la unión entre resiliencia y pasión. Su historia trasciende el deporte: es un mensaje para quienes enfrentan bullying, fracasos o dudas. “Las adversidades no definen tu destino; la actitud sí”, parece decirnos con cada partido.
¿Qué sigue para él? Sin duda, seguirá escribiendo su camino con el balón en los pies, el apoyo de su familia y la certeza de que los sueños se conquistan con trabajo y corazón.
