El mercado de transferencias de este invierno pasado estuvo verdaderamente agitado en Argentina, y los aficionados de Belgrano recibieron un regalo navideño que pocos esperaban: el regreso triunfal de Lucas Zelarayán. Emocionalmente ligado a su antiguo club, Zelarayán fue presentado en un video ingenioso que juega con su apodo de “Chino”, un guiño que resonó profundamente con los hinchas y capturó la esencia de su reencuentro.
El video, que rápidamente se volvió viral en las plataformas digitales del club, inicia de manera nostálgica. Se muestra a un seguidor de Belgrano disfrutando de una jugosa milanesa acompañada de papas fritas en un bar de Córdoba, la ciudad donde el club tiene su sede. La escena está cargada de simbolismo: la comida típica argentina conecta a los aficionados con la cultura local, mientras que en la televisión suena la voz de un periodista que menciona misteriosamente un futuro acuerdo entre Belgrano y un jugador, sin aún revelar de quién se trata.
A partir de ese instante, la narración toma un giro. El hincha empieza a notar que su mundo se está transformando en un entorno “chino”. La comida cambia a fideos, se encuentra rodeado de personas de origen asiático y hasta se sube a un taxi donde el conductor le pregunta en mandarín: “¿A dónde va, maestro?” Esta secuencia cómica se convierte en una representación visual de la ansiedad y el fervor que genera la expectativa de un gran regreso.
La cúspide del video llega cuando, tras un día repleto de situaciones surrealistas, el protagonista visita a un médico preocupado por sus alucinaciones: “Doctor, por todas partes veo chinos”. La ironía se vuelve hilarante cuando el médico que lo atiende resulta ser de ascendencia asiática, por supuesto. Y como colofón, una niña con una camiseta de Naruto, sutileza que conecta entre culturas, le entrega una galleta de la fortuna con un mensaje que deja sin aliento: “Un gran amor que regresa a tu vida”. Este cierre poético alude directamente a la pasión que el “Chino” siente por Belgrano, un amor que nunca se ha apagado, incluso después de su paso por el extranjero.
La decisión de Lucas Zelarayán de dejar el fútbol árabe y regresar a su club de origen es, ante todo, una historia de hogar y pertenencia. Con 32 años, el talentoso mediocampista se encuentra en un punto adecuado de su carrera para volver a las raíces de su pasión futbolística, donde hizo su debut en la temporada 2011-2012. Fue en 2016 cuando cruzó fronteras hacia México, y su paso por Tigres fue cosechando éxitos y aplausos por su increíble destreza futbolística. Su trayectoria continuó en la Major League Soccer con el Columbus Crew y, más recientemente, en Al Fateh de Arabia Saudita.
En su regreso, Zelarayán expresa con emoción: “Regreso a casa”. La esencia de estas palabras refleja su deseo de conectar con la historia que ha construido a lo largo de los años. Ahora se encuentra en una fase de su carrera donde no solo piensa en su futuro inmediato, sino también en un nuevo capítulo que podría abrirse en 2025, donde Belgrano podría tener aún más aventuras por vivir junto a él. Su historia es una prueba del poder que tiene el fútbol para unir a las personas y mantener vivas las tradiciones y pasiones de una comunidad.
