El AC Milan, sinónimo de gloria en el fútbol europeo, enfrenta una crisis sin precedentes. La eliminación en los playoffs de la Champions League dejó una herida profunda en la plantilla y la afición. Para empeorar la situación, el equipo cayó 2-1 ante el Torino en la jornada 26 de la Serie A. Los errores se acumularon bajo presión, sumiendo al club en una oscuridad que parece interminable.
El partido en el Estadio OlÃmpico de TurÃn comenzó con un golpe devastador: un autogol de Malick Thiaw en el minuto 5. Mike Maignan intentó despejar un balón, pero este impactó en Thiaw y se coló en su propia porterÃa. El Milan, desde ese momento, luchó por recomponerse. Santiago Giménez tuvo dos oportunidades claras para igualar el marcador, pero el portero Vanja Milinković-Savić brilló con paradas magistrales, frustrando al delantero mexicano y manteniendo al Torino en ventaja.
Errores fatales y una remontada fugaz
La desesperación del Milan aumentó cuando Christian Pulisic falló un penalti crucial en el segundo tiempo. Milinković-Savić, otra vez, se convirtió en el héroe local al detener el disparo. Sin embargo, en el minuto 73, Tijjani Reijnders inyectó esperanza con un golazo de zurda desde dentro del área, empatando el partido. La afición rossoneri, que habÃa guardado silencio por la angustia, recuperó brevemente la ilusión.
Pero la alegrÃa duró poco. Un minuto después, Gvidas Gineitis aprovechó una falta rápida ejecutada por Antonio Sanabria y anotó el 2-1 definitivo. La defensa del Milan, desorganizada y lenta, no pudo reaccionar. El gol congeló a los jugadores y dejó a los aficionados en un estado de incredulidad.
Un futuro incierto para los rossoneri
Al finalizar el partido, el Milan ocupaba el séptimo lugar en la Serie A, a un punto de la UEFA Conference League y lejos de la zona Champions. La salida de Santiago Giménez en el minuto 88, sustituido por el joven Francesco Camarda, simbolizó la frustración de una noche desastrosa.
Los aficionados, acostumbrados a la grandeza, ahora enfrentan una realidad cruda: reconstruir la confianza y encontrar un camino de regreso a la élite. Con la temporada en juego, el equipo debe superar errores defensivos, falta de punterÃa y una mentalidad fracturada. La próxima semana será clave para demostrar si el Milan puede resurgir o si esta crisis marcará un declive más prolongado. La pregunta queda en el aire: ¿podrán los rossoneri recuperar su esencia?