El pasado jueves, las instalaciones del Club América vibraron con una visita que despertó nostalgia y admiración: Paul Aguilar, leyenda y símbolo de las Águilas, recorrió nuevamente el Nido. Su presencia, compartida en redes sociales con fotos y mensajes cálidos, reafirmó el vínculo eterno entre el exlateral y la institución que lo convirtió en ídolo.
Un reencuentro cargado de simbolismo
El club capturó momentos clave de la visita: desde su charla con el mediocampista español Álvaro Fidalgo hasta abrazos con figuras como Alejandro Zendejas y Kevin Álvarez. Pero el gesto más emotivo fue su interacción con jóvenes de las fuerzas básicas, a quienes transmitió su experiencia. “Siempre es un gustazo recibir a nuestro histórico Paul en casa”, destacó América en sus redes, subrayando el respeto que pervive hacia quien defendió su camiseta por casi una década.
Legado en números y trofeos
Aguilar no es solo un nombre en la historia del club: es sinónimo de entrega. Entre 2011 y 2020, disputó 354 partidos, con 14 goles y 35 asistencias. Su vitrina incluye:
- 3 Ligas MX (2013, 2014, 2018).
- 2 Concachampions (2015, 2016).
- 1 Copa MX (2019).
- 1 Campeón de Campeones (2019).
Cada título refleja su rol como pilar defensivo y líder en momentos cruciales, como su gol en semifinales contra las Chivas en 2016, aún celebrado por la afición.
El adiós y la reinvención
Su salida en 2020 marcó un giro abrupto. Con menos minutos bajo el mando de Miguel Herrera y la irrupción de Jorge Sánchez, Aguilar buscó nuevos rumbos. Tras breves pasos por FC Juárez (8 partidos en 2021) y especulaciones sobre la MLS o un retorno a Pachuca, optó por alejarse de los campos como jugador activo. Sin un retiro oficial, eligió enfocarse en su formación como estratega:
- Obtuvo la licencia de entrenador en la FMF.
- Cursó un Máster en Alto Rendimiento en Barcelona.
- Participó en torneos amateur y la Kings League para mantenerse vinculado al juego.
Su visita a Coapa no fue solo un acto protocolario. Aguilar aprovechó para conversar con André Jardine, técnico tricampeón del América, absorbiendo conocimientos que aplicaría en su posible carrera como DT. “El fútbol es aprendizaje constante”, parecen decir sus pasos actuales: desde dirigir en ligas locales hasta explorar métodos innovadores aprendidos en Europa.
Más que un jugador: un legado vivo
La historia de Aguilar trasciende estadísticas. Es un ejemplo de cómo un ídolo puede reinventarse sin perder su esencia. Aunque su etapa como jugador profesional parece cerrada, su deseo de contribuir al fútbol mexicano —especialmente al América— sigue intacto. Como él mismo ha sugerido, su próximo reto podría ser guiar desde el banquillo, combinando la pasión de su época dorada con las herramientas técnicas adquiridas.