Diego Valdés se consolidó como uno de los pilares ofensivos más importantes del América durante su histórica etapa de tres títulos consecutivos en la Liga MX. Bajo la dirección de André Jardine, el chileno tuvo un rol protagónico: disputó 36 partidos de fase regular (27 como titular) y fue clave en las Liguillas (fases finales), donde inició en 12 encuentros durante el bicampeonato. Sin embargo, lesiones recurrentes lo marginaron de la última final, dejando en evidencia su relevancia para el equipo.
La tormenta tras la calma: De titular a suplente
La situación actual de Valdés contrasta con su pasado glorioso. En el Clausura 2025 (segundo torneo del año en la Liga MX), el chileno ha permanecido en la banca durante las primeras cinco jornadas. Mientras las Águilas se posicionan como sublíderes con 13 puntos —superando incluso dos fechas con una alineación Sub-23—, el equipo ha demostrado eficacia sin él: 11 goles a favor y solo uno en contra en los últimos tres partidos.
Este escenario genera incomodidad en Valdés, quien anhela retomar su lugar. “Todo jugador quiere estar en la cancha”, admitió su compañero Alan Cervantes, aunque destacó: “Sigue aportando desde su rol. Esa es la esencia del grupo: apoyar, juegue o no”.
Rumores y especulaciones: ¿Adiós inminente?
El mercado de invierno añadió leña al fuego. Los Portland Timbers de la MLS y el Toluca surgieron como posibles destinos para Valdés, pero el cierre de traspasos lo mantuvo en el América. La sorpresa fue mayúscula entre los aficionados, quienes ahora se preguntan: ¿por qué no se materializó su salida?
El dilema de Valdés: Lealtad vs. Ambición
Mientras el chileno lucha por recuperar su sitio, su profesionalismo brilla. Cervantes lo define como “un ejemplo de compromiso”, pero la realidad es innegable: a sus 29 años, Valdés necesita minutos para seguir siendo relevante. Su contrato vence en 2026, lo que complica una salida inmediata, pero también presiona al club a tomar decisiones.
¿Qué depara el futuro?
El América enfrenta un reto: equilibrar su éxito colectivo con el manejo de una figura clave en declive de protagonismo. Para Valdés, el camino es claro: aprovechar cada oportunidad o buscar un reinicio en otro equipo. Su historia refleja una verdad universal del fútbol: el éxito es efímero, y la resiliencia marca la diferencia.
Mientras la temporada avanza, todos observan. ¿Recuperará Valdés su lugar? ¿O su legajo en Coapa llegará a un final anticipado? La respuesta, como el balón, está en juego.
