Mónica Alvarado es la prueba viviente de que los sueños de una mujer pueden hacerse realidad. Tras pasar una década trabajando en Texas en una empresa de contabilidad, siempre mantuvo viva su ilusión de convertirse en futbolista profesional. Su vida cambió radicalmente cuando recibió la invitación para unirse a la Liga MX Femenil con Pachuca, su primer equipo en México, lo que marcó un nuevo capítulo en su historia.
Su trayectoria es entender que la vida de una futbolista no está exenta de desafíos. “No siempre hay sonrisas”, reflexiona Mónica.
“Es una vida que puede ser muy dura y enfrentarse a numerosos obstáculos. Pero cuando sigues una pasión ardiente y persigues un sueño, cada esfuerzo vale la pena. La vida puede ser complicada, y a veces la gente te dirá que no, pero si perseveras, verás que todo el sacrificio tiene un propósito. Estoy aquí porque no me rendí. Quiero que todas sepan que los sueños son alcanzables”
El fútbol femenino, según Mónica, tiene un futuro brillante “Créeme, está en crecimiento”, afirma con confianza. “Podemos aspirar a tener un reconocimiento similar al del fútbol masculino. Todo depende de nuestra dedicación y esfuerzo conjunto, es una lucha que cada vez más mujeres estamos dispuestas a llevar adelante”.
De contadora a futbolista, ¿cómo fue la transición?
Durante sus años en Texas, Mónica pudo observar que en su empresa predominaban las mujeres en posiciones de liderazgo, lo que le hizo reflexionar sobre sus propias ambiciones.
“Trabajé en contabilidad por 10 años. Lo que más me impresionó fue la presencia de tantas mujeres en roles importantes. Esa visibilidad me motivó a pensar que yo también podía alcanzar logros significativos, a pesar de que frecuentemente vemos a más hombres en posiciones altas”.
Al preguntarle sobre la decisión que la llevó a dejar la contabilidad para dedicarse al fútbol, Mónica revela su proceso interno.
“Al principio, intenté equilibrar ambas cosas, entrenando en la mañana y trabajando en la oficina por las tardes. Pero llegó un momento en que supe que mi verdadera pasión era el fútbol y que quería entregarme por completo a ello. Fue entonces cuando decidí aceptar la oportunidad de unirme a esta liga; me preparé durante varios meses y finalmente regresé a México”, relata con una mirada decidida y llena de convicción.
Sin embargo, el camino no ha sido fácil. “La realidad del deporte profesional es que existe una gran diferencia entre los equipos masculinos y femeninos. Hay que lidiar con disparidades en salarios, instalaciones y patrocinadores. Pero he visto una evolución y estoy segura de que poco a poco lograremos cerrar esa brecha”, confiesa, reflejando la realidad que muchas atletas enfrentan, pero también la esperanza que reside en su esfuerzo conjunto.
Una inspiración para las generaciones venideras
Mónica, a través de su experiencia, inspira a futuras generaciones a seguir sus pasos y luchar por un espacio y reconocimiento equitativo en el deporte. Cada jornada, cada entrenamiento, es una contribución hacia un futuro más justo y brillante para las mujeres en el deporte.
Mónica Alvarado se está abriendo camino en el fútbol femenino, una esfera que históricamente ha tenido que luchar contra numerosos obstáculos. Con una determinación palpable, comparte su visión sobre cómo el panorama ha cambiado en la Liga MX Femenil. “Han mejorado muchas cosas. Desde instalaciones más adecuadas hasta salarios más dignos, y todas aquí estamos luchando por algo importante, especialmente por las jóvenes que vienen detrás de nosotras”, menciona con un brillo en sus ojos que refleja su pasión por el deporte.
El sueño de ser directora
Uno de los sueños más ambiciosos de Mónica es convertirse en directora técnica. Ya ha dado un primer paso en esta dirección, al haber completado su curso de entrenador y conseguir la titulación necesaria. “Siempre quise usar lo que he aprendido no solo para ayudar a un equipo a crecer en el fútbol, sino también en la vida. El fútbol es mucho más que solo una pelota; se trata de formar personas”, afirma, resonando con la idea de que el deporte puede ser una herramienta de cambio significativo.
En su trayectoria, Mónica ha tenido la fortuna de aprender de varios entrenadores, lo que le ha permitido adquirir una visión diversa del juego. “He tenido alrededor de ocho entrenadores en la liga y, de todos ellos, he aprendido cosas diferentes. Cada experiencia me ha ayudado a construir la jugadora que soy hoy”, señala Alvarado.
Monica en la actualidad
Actualmente, Mónica juega un rol crucial en el equipo de Pumas, que mantiene una posición destacada en la tabla general de la Liga MX Femenil, ocupando el tercer lugar. A pesar de su buen rendimiento, el equipo no se confía. Mónica sabe que aún tienen un camino por recorrer, especialmente porque el club no ha logrado avanzar más allá de los Cuartos de Final en la Liguilla.
“Este torneo podría ser el definitivo para nosotros. Necesitamos trabajar en los detalles, en la conexión en el campo. Es fundamental entendernos mejor entre nosotras”, comenta, reforzando la importancia de la comunicación y la colaboración en un deporte de equipo.
“Para avanzar, cada una de nosotras tiene que dar ese extra, mejorar en áreas que tal vez no son nuestras fortalezas. El fútbol no trata solo del balón; los movimientos sin él también pueden ser determinantes”, agrega Mónica, enfatizando su compromiso con el crecimiento individual y colectivo.
El próximo desafío de Pumas será contra Mazatlán, y la emoción es palpable. Mónica confía en que su equipo tiene lo necesario para salir victorioso. “Una de las cosas que me entusiasma es el apoyo incondicional de nuestra afición. Es asombroso ver a tantas personas animándonos, y saber que estamos jugando en un ambiente tan vibrante. Quiero agradecerles por estar siempre ahí para nosotros”, expresa con sinceridad, reflejando la energía que se siente en cada partido.
Mónica Alvarado es un ejemplo de perseverancia, y su historia es un recordatorio de que, en el deporte y en la vida, la lucha por la igualdad y el crecimiento es un camino que todas podemos recorrer juntas.
