La rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) se ha convertido en un problema recurrente en la Liga MX Femenil, con mĂșltiples casos reportados en semanas recientes. MĂĄs allĂĄ del impacto fĂsico y emocional para las jugadoras, este fenĂłmeno ha encendido debates sobre las condiciones de salud en un deporte en expansiĂłn acelerada.
ÂżPor quĂ© el fĂștbol femenino es mĂĄs vulnerable?
A nivel global, las futbolistas tienen 8 veces mĂĄs riesgo de sufrir rotura de LCA que los hombres. Factores anatĂłmicos (como una pelvis mĂĄs ancha que afecta la alineaciĂłn de rodillas) y biomecĂĄnicos explican parte de esta diferencia. Sin embargo, dos elementos crĂticos emergen en la discusiĂłn:
- La nutrición como herramienta preventiva.
- El ciclo menstrual y su impacto en la resistencia fĂsica.
Cuando la alimentaciĂłn marca la diferencia
Daniela MorĂłn, nutriĂłloga de la selecciĂłn mexicana, enfatiza que una dieta adaptada a las necesidades biolĂłgicas de las mujeres es clave:
- Los carbohidratos son esenciales para mantener reservas energĂ©ticas en mĂșsculos, reduciendo riesgo de desgarres.
- Las fluctuaciones hormonales durante el ciclo menstrual exigen ajustes nutricionales. Por ejemplo, en fases premenstruales âasociadas a mayor incidencia de lesionesâ se requiere reforzar el consumo de hierro y vitaminas B.
âUn desbalance nutricional no solo afecta el rendimiento: altera el equilibrio hormonal y emocional, creando un cĂrculo vicioso que predispone a lesionesâ, advierte MorĂłn.
El caso que conmoviĂł a la Liga MX Femenil
En enero de 2024, Priscila Flor Da Silva (delantera del Club AmĂ©rica) sufriĂł una lesiĂłn parcial de LCA, generando preocupaciĂłn en la aficiĂłn. Aunque su recuperaciĂłn es mĂĄs corta que una rotura completa (6-9 meses vs. 12+ meses), el incidente resalta la urgencia de protocolos preventivos. Su caso simboliza un patrĂłn creciente: en los Ășltimos dos años, al menos 15 jugadoras de la liga han reportado lesiones similares.
La ciencia lo confirma: el ciclo menstrual influye
Un estudio español de 2023 analizó 94 lesiones de LCA en 71 futbolistas de Primera y Segunda División (2013-2023). Hallazgos clave:
- 71% de las lesiones ocurrieron sin contacto fĂsico, vinculadas a movimientos bruscos (giros, aterrizajes).
- Fases de mayor riesgo:
- Fase lĂștea (25 lesiones): los altos niveles de progesterona reducen la estabilidad articular.
- MenstruaciĂłn (19 lesiones): la pĂ©rdida de hierro y fluctuaciones hormonales debilitan mĂșsculos y ligamentos.
Hacia un enfoque integral: lo que exigen los datos
Los hallazgos plantean acciones concretas para clubes y entrenadores:
- Monitorear ciclos menstruales: Adaptar cargas de entrenamiento segĂșn la fase hormonal.
- Optimizar nutriciĂłn: Suplementar con hierro en dĂas de sangrado y aumentar proteĂnas en fase lĂștea.4
- Revisar equipamiento: 43% de las lesiones estudiadas ocurrieron con calzado inadecuado para el tipo de césped.
Un llamado a la acciĂłn
El crecimiento del fĂștbol femenino debe ir acompañado de inversiĂłn en medicina deportiva especializada. Ignorar las diferencias biolĂłgicas entre mujeres y hombres no solo es anticientĂfico: pone en riesgo carreras deportivas y salud a largo plazo. Como señala MorĂłn: âNo se trata de crear desventajas, sino de dar herramientas para que las jugadoras alcancen su mĂĄximo potencial con seguridadâ.
