La llegada de Ángel Villacampa al América Femenil marcó un nuevo capítulo en la historia del equipo, un momento que muchos aficionados definirían como un rayo de esperanza. Con él, llegó la promesa de esfuerzo constante y dedicación. Desde su primer día al mando, quedó claro que Villacampa no estaba en México solo para cumplir con una formalidad; estaba decidido a cambiar la narrativa del club en la Liga MX Femenil.
Cuando asumió como entrenador en el Apertura 2022, el América se encontraba en una posición adecuada, pero necesitaba esa chispa extra para desafiar el dominio de Tigres, el equipo que para ese entonces había puesto el listón muy alto. Villacampa no solo se enfocó en los números, aunque son contundentes – a cinco liguillas de cinco posibles – sino que también tenía una clara visión sobre cómo formar un equipo competitivo. Incorporó a jugadoras clave como Katty Martínez, Alison González y Aurelie Kaci, creando una alineación formidable que, a pesar de las salidas y entradas de jugadoras, mantuvo al América como un contendiente serio.
Bajo su dirección, las estadísticas son impresionantes: 122 partidos dirigidos, con 83 victorias, 18 empates y solo 21 derrotas. Estos números no solo reflejan su habilidad como estratega, sino también el compromiso y la cohesión que ha logrado crear dentro del equipo. Sin embargo, es innegable que existe un doloroso vacío: los trofeos.
La aventura de Villacampa en las finales ha tenido sus altos y bajos. En el Apertura 2022, todo parecía indicar que el América estaba resurgiendo, pero se encontró con un Tigres implacable, perdiendo la final de manera dolorosa. Un año después, el América se sacudió la tristeza y logró alzar el trofeo del Clausura 2023 tras derrotar al Pachuca, brindando un alivio necesario para una afición que anhelaba un campeonato. Sin embargo, la batalla contra Tigres no fue tan dulce; una vez más, el equipo fue subestimado, cayendo en la vuelta de la final en el Apertura 2023. La amarga derrota se repitió en el Clausura 2024, donde la suerte les dio la espalda en una tanda de penales.
La experiencia de Villacampa en el fútbol no se limita a su paso por el América. Antes de su llegada a México, forjó su camino dirigiendo al Atlético de Madrid Femenil, donde cosechó dos títulos de Liga y una Copa de la Reina. Su deseo de innovar lo llevó a China, donde trabajó con la categoría Sub-14, una etapa breve, pero que él considera enriquecedora. “Aunque no competía cada domingo, sabía que esta experiencia me haría un mejor entrenador”, reflexionó en una entrevista. Luego volvió a España, donde dirigió al Athletic Club y posteriormente al Levante, consolidando su reputación.
La llegada de Villacampa fue un soplo de aire fresco para el América Femenil, evidenciando la calidad del entrenador que es. Sin embargo, mientras su carrera sigue en ascenso, los aficionados del América sostienen la esperanza de ver a su equipo levantar el ansiado trofeo de la Liga MX Femenil. Cada partido, cada jugada, cada estrategia se convierte en un paso más hacia ese objetivo; un sueño que, con esfuerzo y dedicación continuos, podría hacerse realidad.
